Ahora que ya ha pasado el bullicio de las fiestas, se ha acabado con los encuentros familiares y gastronómicos, tan copiosos y propios de esta época, y se ha vuelto a la normalidad, tras una semana de adaptación, es cuando considero oportuno hacer un breve listado de los propósitos a cumplir este 2011.
Convertir los sueños en realidad, llegar a la meta, es posible paso a paso, con perseverancia y decisión. El 2011 y sus 365 días, ahora 350, debe de ser el escenario ideal para dar rienda suelta a nuestros sentidos, comprometernos con el cuerpo y alma a lo nuevo que nos depara este año. Esos si, todo ello, sin olvidar dar las gracias a quienes, bien sea familia, amigos, compañeros de trabajo/clase, compartirán con nosotros el camino hasta el 2012.
Siempre que cambiamos de año nos marcamos los mismos objetivos: dejar el tabaco, hacer ejercicio, llevar una dieta más sana, romper o intentar salvar una relación, buscar pareja, salir más o menos, estudiar más.., así hasta construir una larga e interminable lista donde todo lo que nos proponemos, al poco tiempo deja de estar vigente, ya que lo queremos de inmediato y encima sin que nos cueste mucho esfuerzo.
Por eso este año me he planteado otros propósitos. El primero en la lista es el de ser más ordenado. El desorden, el almacenar objetos, utensilios, revistas, ocupan un espacio que puede ser aprovechado para otras cosas. Y aunque sé que modificar el hábito de guardar cosas innecesarias, por las dudas, no es sencillo, intentaré cambiarlo porque sólo en el orden se genera energía positiva y se facilita la acción.
Precisamente el siguiente de mis objetivos es ser más positivo. La manera en qué se ve el vaso -medio lleno o medio vacío- también influye a la hora de cumplir nuestras metas. Pasar a la acción, ser persistente y trabajar duro son las claves para que todo aquello que nos proponemos se convierta en realidad. Sin esfuerzo, en 2011 tampoco habrá recompensa.
Y para ser más positivo es imprescindible cuidar las relaciones personales. Así que aquí está el tercero de los propósitos. Intentaré por todos los medios no dejar enfriar las relaciones con aquellos amigos y familiares que la rutina de los días y la distancia me impide disfrutar. Buscaré cualquier momento y medio para lograr la complicidad que nos falta a diario. Y por supuesto, nada de envidia, celos y soberbia, ya que envenenan las relaciones sociales.
Podría seguir enumerando propósitos y objetivos hasta aburrirme pero cerraré esta lista con uno también muy importante: cuidar
más el medio ambiente.
La ONU ha declarado 2011 como el Año Internacional de los Bosques con el objetivo de conservar estos ecosistemas. El futuro del planeta está en nuestras manos, en las de los ciudadanos de a pie -que con pequeños gestos podemos y debemos cuidar el entorno para poder seguir marcándonos objetivos en los años venideros.